señora
de las flores
¿Qué dice la carta de seda
blanca?
Arriba está escrito: “Trata de
comer”
Abajo dice: “Siempre te amaré”
Ts·ai Yung
I
in illo tempore
el mundo era hermoso como un
caballo suelto entre el cielo y la tierra
una sustancia sola
extendida sobre el arco voltaico de su cuello
ámbar negro
lignito
pura electricidad
galopando en la luz yugular de los
veranos
aquel polvo que mojaba la
lluvia
aquella algarabía del viento
entrando por todas las ventanas
no traían ninguna
noticia de la muerte
qué bien hechas las cosas
señor
qué don tremendo de
abundancia
qué bello el animal secreto
su caliente respiración
el humo azul saliendo y
entrando de las bocas en un roce magnético más poderoso que el vacío
pero la muerte también ha
dado flores y vinos y duras joyas de basalto y
árboles altísimos que tocan
la lepra de la luna
y suaves fangos donde se
hunden sedas y camafeos
quién llora
golpea su frente contra el
muro
cubre con negros paños los
espejos
se ahoga en el pozo de su propia linfa?
oh pequeña jauría de la pena
lobos dormidos sobre mi
regazo
II
en
la cerrazón de las cuatro
marte
brilla violento
pero
todo lo ignora de la guerra
quién
te cubre con el atributo de la muerte?
no
te queda
ni
la gracia del animal dormido
ni
el lujo de la respiración
ni
el alimento consagrado
en
silencio
las
cosas te abandonan
por
el útero
por
una baja melopea de fuego
III
andábamos
perdidas
y
por la gracia de dios
nos
olvidamos
a
dónde había que ir
y en
esta boca de luz nos detuvimos
lo
que se abre aquí
no
es la visión del precipicio
una casa de aire
una
suave pendiente sin cuidado
donde
nos deshacemos
por
el ocioso despertar tocadas
señora
de las flores
que
anduvo por la tierra
con
una osa polar en cada ojo
yo
que espié tu claridad
cuando
aún estabas pero ya no estabas
te
digo
todas
las muchachas todas
las
amarilis y las azucenas
todas
en su abundante fulgor se te parecen
pero
ninguna como la retama
pensamiento
solar
señora
de las flores
por
la gracia de dios
nada
transcurre ya
que
dañe el corazón o confunda el sentido
IV
gallos
y perros levantan seco polvo
en
la sólida madrugada del verano
por
las habitaciones de la sombra
hundida
en el protoplasma de los sueños
ella
respira
blanca grasa
óleo
litúrgico
almizcles
minerales
el
calor la digiere lentamente
fermenta
el blando mosto de su cuerpo caído
la
lleva a la deriva
por
paisajes donde las almas de las cosas
se
parecen a tenues flores púrpuras
ciudades
ocultas en el fuego
lagunas
infinitas
nunca
despertará
ni
luz ha de llegar a la casa cerrada
quiere
una oscura voluntad
que
el movimiento de la tierra cambie
y
ella regrese al apretado capullo de la noche
quiere
que nadie equivoque el camino
parta
solo
descubra
la belleza fatal de lo imposible
sí
que
el verano la lleve para siempre
donde
voces no humanas
levantan
seco polvo
en
la mentida noche del poema
V
olas
de claridad saltaban y se hundían
en
tus ojos
pero
tú eres más blanca
pozo
del mundo donde cantan las ranas de la muerte
agua
boreal
animal
apresado en el corral de las estrellas
aquí
abajo nos queda
una
paciente maquinaria poderosa e inútil
una
mesa
donde
las frutas se pudren
en
la indolencia del hambre y del otoño
pero
tú vuelves
sales
de tu escondrijo sumergido de tu celda
sin luz
donde
cabe
la
pavorosa elegancia de un lento deshacerse
suspendido
por la resurrección de toda carne
- si
todo no fue un sueño -
y
así te vemos
en
tu fragante juventud
nórdica
y brillante
cuando
todo el esplendor te rodeaba
suspendido
de ti
loco
y medicinal como el aroma de los tilos
VI
escuchabas
la música del sol
vibrando
encima
de los campos
abiertos
a la indolencia del verano?
aturdida
y veloz pasaste por el mundo
como
quien sale de una fiesta
y
avanza
por
el centro de una calle
perdida en la claridad de las primeras horas
de
una interminable madrugada
la
vida no ha sido más que un estuario de cielo
atrapado
en el fondo resplandeciente de tus ojos
suspendida
en
el borde de su propia apariencia
recuerdo
los grandes golpes de agua contra el
patio
esa
fuerza inconsciente de walkiria
VII
ardiente
levadura de la nada señora de las
flores
ahora
la
casa está cubierta de paños
tapada por el grueso lenguaje de la muerte - como otra -
y se
cierra
a la
ventura de las azaleas al esmerado
estallar de las violetas
y a todo lo que brotaba por tu mano tocado
y
era un fragante tembladeral
suelto
en el aire azuloso de este mundo
pero
aún todavía - como una luz por debajo
de la puerta -
regresas
cada noche a comer de mis manos
vienes
y comes y comes en la noche con la boca de un dios
y la
paciencia de los animales
imago
oh
imago que tocas los confines del reino
(del
libro el zumbido de dios, editorial tsé-tsé, colección bikebik, año
2002)
atzavara
atzavara vara de atzavara
madre de
floración reciente que entra por todas
las ventanas
con sus
muchas cabezas
lo que
aparece no viene de esa tierra
donde nunca
hubo planta
ni mujer
del tálamo nacen – cerebrales – se enlazan con las regiones
más
hondas de la glía
sueño
hambre
sed
Íntimamente
unida la piamadre
blandamente
me abraza
sus
flores apoyan la mejilla en el
cielo gris azulado de las hojas
allí
mismo estolones del
sostén
de la
reparación
pues lo que cuerpo nace
lleva la oscuridad entrelazada
del
carbono
vitriolo de la respiración
- el
precipicio que se muestra -
es ella y
ella
hablamos
ahora puedo decirle:
cómo voy
a vivir cerebral en la asfixia
de tantos
años bajo tierra?
me
responde:
en este aquí nada es de nadie
yo soy el
padre soy
la casa aquella devastada y
la otra
y ando suelta
en el mundo
(del
libro atzavara, kriller71ediciones, 2012)
instrucciones
para cerrar la puerta de la matriz
(inspirado en el bardo thodol – libro tibetano de
los muertos)
estás agonizando
eres
ahora la anunciada cosecha el fermentado cultivo del verano
agonizas
ojos girados hacia
puntos de intensidad creciente:
la resolana que verás
con la boca cerca de tu oreja sin llegar a rozarla te susurran
la respiración aun te asiste
pero la fuerza vital ya atraviesa los centros
sensibles de tu ombligo
desciende
por la corriente de tu nervio izquierdo
disuelve el espectáculo del mundo
y se pierde en el aire
esto va a
durar
el tiempo
necesario para preparar una comida
cuando la respiración cese entrarás en el estado intermedio
donde todas las cosas son como un cielo extendido
y sin nubes
y el
conocimiento una vacuidad
transparente
sin centro ni circunferencia
este es el momento en el que la tierra naufraga en
el agua
el agua en el fuego
el fuego en el aire
olvida los deliciosos jugos la costa amniótica del deseo
no quieras regresar
mira esas lentas y bellas migraciones -cura y reposo prometido-
hombres y mujeres
plantas piedras animales radiantes
todos avanzando hacia la mansión inalterable de eso
(inédito, año 2014)
© Maria
Rosa Maldonado
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Hermosos poemas!! Gracias por compartirlos!!
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